A veces nuestra mente juzga por las apariencias y nos olvidamos de lo que hay detrás, de la verdadera esencia de cada persona.
Después, al cabo del tiempo, si tenemos la oportunidad de conocer a esa persona de verdad, nuestra percepción cambia. Nos damos cuenta de nuestro error inicial al juzgarla.
Y es que, por alguna razón, hemos sido educados así. Lo diferente no nos gusta inicialmente.
Lo mismo nos pasa con la gente con discapacidad. Nos dan pena y, al mismo tiempo,sentimos rechazo porque nos incomoda lo diferente.
¡¡¡¡¡Yo no quiero un mundo así!!!!
Quiero que mis hijos vean las cosas de forma diferente, Que no juzguen por las apariencias, que sepan que son las diferencias las que nos hacen ser únicos y las que, al superarlas, nos ayudan a ser grandes!!!!
Por eso pienso que debemos intentar crear una sociedad INCLUSIVA, donde todos convivamos y no miremos la silla de ruedas ni la baba que se cae a veces sino que miremos directamente a la persona y veamos las capacidades de su alma.
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